En la Plaza de Santa Clara se alza el Real Monasterio que le da nombre. Nos encontramos en un lugar muy especial, pues se trata del primer convento de monjas que hubo en Úbeda tras la Reconquista.

Aquí se hospedó en 1489 la reina Isabel la Católica cuando se dirigía a Granada. El edificio es un auténtico mosaico de estilos en el que destaca la portada principal, de origen barroco.

En ella se encuentra una hornacina con la imagen de Santa Clara entre el escudo real y el escudo de la Orden de las Hermanas Clarisas. Esta portada da acceso a la puerta de la iglesia, del siglo XIII, que constituye el mejor ejemplo del góticomudéjar que se conserva en la ciudad.

Las monjas viven de los dulces caseros que preparan de forma artesanal.

Aquí pervive la antigua tradición según la cual la novia debe entregar, en caso de matrimonio, una docena de huevos a las hermanas clarisas para que no llueva el día de su boda.

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