La iglesia de San Pablo, fundada en el siglo XIII sobre una mezquita, es una de las parroquias más antiguas de la ciudad. No obstante, su aspecto actual difiere del original, ya que en 1368 fue incendiada y saqueada por don Pedro Gil durante las guerras dinásticas entre el rey Pedro I, al que éste defendía, y su hermano don Enrique de Trastámara.

Esta iglesia es un ejemplo de eclecticismo, pues en ella conviven de forma armónica diversos estilos artísticos. Sus portadas laterales son una muestra de la arquitectura románica y renacentista respectivamente. Sin embargo, aquélla que da a la plaza es de estilo gótico isabelino y en ella predominan arcos y motivos vegetales.

La iglesia de San Pablo, al igual que la Plaza Primero de Mayo donde se ubica, tuvo un marcado carácter celebrativo y asambleario, pues hasta el siglo XV se reunían en ella el Concejo de la ciudad y los nobles, que guardaban las pruebas de certificación de antigüedad de linaje en una de sus capillas. En estas capillas funerarias se exhiben ahora imágenes procesionales de algunas cofradías de la localidad.

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