A pesar de su nombre, este torreón no estaba coronado en su origen por ningún reloj, ya que fue construido como parte de la antigua muralla medieval del siglo XII. Su función era defender la ya desaparecida Puerta de Toledo, que era la más transitada de la ciudad al dar acceso a Úbeda desde las poblaciones de Baeza, Jaén, Sevilla y desde la misma corte.

Fue en la segunda mitad del siglo XVI cuando se decidió ampliar la torre, añadiéndosele un segundo cuerpo para albergar un reloj y el campanario.
Desde entonces, se ha transformado en un importante elemento a la hora de marcar los ritmos de vida de los ubetenses que pasan a diario por la Plaza de Andalucía, uno de los epicentros de la vida en esta ciudad jienense.

Además, la Torre del Reloj cuenta con un importante valor simbólico. Y es que en su arranque una hornacina cobija la imagen gótica de la Virgen de los Remedios, ante la que Carlos V y su hijo Felipe II juraron guardar los fueros y privilegios de la ciudad.

El edificio de las Antiguas Carnicerías se encuentra adosado a la Torre del Reloj desde 1885 y desde él podemos acceder a su interior, que actualmente alberga la Oficina de Turismo.

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