La Iglesia de San Lorenzo fue construida sobre una primitiva mezquita musulmana tras la conquista cristiana de la ciudad en el siglo XIII. El templo, que se apoya directamente sobre la muralla de la ciudad, ha sido sometido a progresivas reformas. Una de las más destacadas fue la de comienzos del siglo XVII, cuando se labró la actual espadaña.

El siglo XIX marcó el principio del fin del esplendor de San Lorenzo. La escasez de población del barrio llevó a la supresión de la feligresía en 1842. Aunque el templo se mantuvo abierto para la misa dominical, la reducción progresiva de sus ingresos económicos y el expolio de muchos de sus bienes muebles, que fueron trasladados a otros templos, la abocaron al abandono y el deterioro. Un deterioro que se vio acentuado durante la guerra civil, cuando San Lorenzo sufrió importantes daños que llevaron a su cierre definitivo.

Desde entonces el edificio ha funcionado como albergue de refugiados, como almacén para utensilios de las cofradías de la ciudad y como taller artístico. Tras años de abandono, la iglesia está siendo rehabilitada por la Fundación Huerta de San Lorenzo y en ella ya se realizan actividades culturales.

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